COLESTEROL POR
HERENCIA
Por Lic. Erik Pinzón
Solemos relacionar los niveles alto de colesterol con una
alimentación desequilibrada rica en grasas saturadas, con una vida sedentaria,
con trastornos del metabolismo.., pero, en ocasiones, ninguno de estos factores
resultan el origen del problema. Hay, quien hereda una enfermedad conocida como
hipercolesterolemia familiar, la cual se presenta desde el nacimiento debido a
una mutación en el gen que codifica el receptor de la proteína de baja densidad
(LDL), que se encuentra en el cromosoma 19.
Desde la Infancia
Se estima, que aproximadamente, una de cada 400 personas padece
esta enfermedad, quienes, a su vez, tienen más posibilidad de sufrir una cardiopatía
a una edad más temprana de lo normal. Además, no surge como otros problemas de
salud con unos determinados síntomas, sino que es silente, y sólo se puede
detectar a través de una analítica. Es por ello que resulta fundamental que las
personas con antecedentes familiares de colesterol alto, de ataques cardiacos
tempranos o hipercolesterolemia familiar, deban hacerse las revisiones oportunas
con el fin de detectar el problema y atajarlo lo antes posible. Dentro de este
grupo de posibles afectados, se encuentra los niños.
Los que tiene padres con este problema, presentan un 50 por
ciento de padecerla también, por lo que deben realizarse las pruebas oportunas
cuanto antes.
Control
El tratamiento para
controlar la hipercolesterolemia familiar suele incluir la terapia farmacológica.
En el caso de los niños, hay que individualizar cada caso para comenzar en el
momento oportuno con la medición, teniendo en cuanta los antecedentes
familiares de cardiopatías y los niveles de colesterol total y LDL.
En cualquier caso, la alimentación es el protagonista en el
tratamiento. Desde los dos años, a los niños se le puede empezar a inculcar
hábitos saludables evitando las grasas saturadas, la bollería industrial, y
acostumbrados a comer alimentos que favorecen el control, e incluso la
reducción, del colesterol LDL. En el caso de los lácteos con esteroles
vegetales, que se ha demostrado que una toma diaria de entre 1.5 y 2.4 gramos,
se puede disminuir entre un siete y un diez por ciento los niveles de
colesterol.
Fuentes de esteroles vegetales: aceites de maíz, de girasol, de soja y oliva, también frutos secos, legumbres. Entre las verduras y frutas también hay algunas que destacan por su contenido en esteroles, como pueden ser la lechuga, el tomate, el plátano, la manzana o el maíz.
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