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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Alegría Terapéutica

Alegría Terapéutica

Por. Erik Pinzón


Salud alimentación y vida le da la bienvenida a su nuevo articulo espero les guste.

Este articulo, llego a mis manos de una revista española muy buena a mi juicio (INTEGRAL) su autor M. Núñes, me tomo la molestia de reproducirlo porque me parece que debo compartirlo con ustedes.

   La capacidad de carcajearse es una ventaja para los seres humanos. Al reírse, el cuerpo segrega sustancias que funcionan como un analgésico natural y aumentan la eficacia del sistema inmunológico, según el estudio llevado a cabo por el profesor Robin Dunbar, de la Universidad de Oxford.
   Los investigadores midieron primero el umbral de dolor de los participantes. Luego, los dividieron en dos grupos:

1.       Uno  estuvo viendo una comedia destornillante durante 15 minutos.
2.       El otro fue sometido a un aburrido reportaje sobre el golf.

   Después se midió de nuevo el límite de dolor: las personas que se habían estado riendo soportaban el contacto con hielo helado durante un 10 % más de tiempo. Las que se habían aburrido, no solo no lo habían aumentado, si no que lo habían bajado, para sorpresa de los investigadores.

   Según los investigadores, el tipo de risa es importante. Una leve sonrisa no basta para producir un efecto fisiológico. Es necesaria una buena e incontrolable carcajada para que se liberen endorfinas, unas sustancias similares a las hormonas, que eliminan el dolor y producen una euforia suave. Cuantas más endorfinas se liberan, más aumenta la resistencia al dolor, según el estudio.

Unidos por la risa

   El objetivo de la investigación, en este caso, no fue determinar la posible utilidad de la risa como tratamiento, sino explorar su papel en la evolución del ser humano. Robin Dumbar cree que la capacidad de reírse a carcajadas (otros primates pueden sonreír pero ninguno sufre este tipo de shock ) permitió a nuestros ancestros formar grandes comunidades de apoyo mutuo.

   La carcajada vacía los pulmones de aire, algo que fisiológicamente resulta traumático. Con razón a veces decimos “partirse de la risa  “o “reírse hasta que duele”. Es este fenómeno que que provoca una liberación automática de las endorfinas. Pero estas no solo alivian las molestias. Lo más importante es que favorecen el establecimiento de vínculos entre los seres humanos. 


   Hace unos dos millones de años, los primates que se mondaban fueron capaces de formar comunidades de hasta cien miembros, mientras que otros primos no pasan el 50. Por eso, Dunbar propone una teoría revolucionaria: la alegría y la risa une a los seres humanos, no solo el miedo, como defienden los teóricos más cenizos.

   El estudio hace reflexionar sobre el enfrentamiento actual entre los practicantes de la doctrina del Shock (según  el titulo del libro de Naomi Klein) y la unión espontanea entre personas tan indignadas, sin miedo y alegres en distintas regiones del mundo.

Les agradezco como siempre su amable y fina atención, hasta mi próximo escrito.


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